martes, 23 de marzo de 2010

Ladrón de vino

El pasado sábado este fin de semana, mis suegros como buenos embajadores de La Rioja, organizaron una visita a las Bodegas Heras Cordón en Fuenmayor.

La visita fue guiada por el enólogo de la bodega, que si llega a llevar gorra yo hubiera jurado y perjurado que era Juan Luis Guerra.  Comenzó disertando sobre las uvas empleadas Tempranillo, Mazuelo, Graciano y las características que aportaban al vino. Luego continuamos en la zona de cubas de inoxidable donde se produce la primera fermentación.  Después bajamos a la bodega propiamente, donde reposa el vino en barricas de roble francés y americano. (me gustó la anecdota de que en el siglo XIX cuando se decía que la barrica era de roble francés, normalmente era de cerezo pero un gabacho había acabado ahogado allí durante la Guerra de Independencia).

En la parte final de la visita, te muestran una zona en la que empresas y personajes ilustres poseen  botelleros con unas 600 botellas de vino de la bodega. Carteles con los nombres de Julio Iglesias, Morientes, Pedro Piqueras, Carmén Bordiú, José Luis Moreno, El Juli o Aranzubía adornaban el paseillo.
Allí mismo nos obsequiaron con una degustación de vino acompañado por queso, y embutido. El crianza me gustó más que el reserva, pero lo que verdaderamente me pareció espectacular fue el pan. (¡uno tiene gustos sencillos!).
Ya de camino al comedor,me topé con el botellero de José María Aznar. Presidente rezaba. Es curioso, se es ex de casi todo, pero uno mantiene para cutio el titlo de presi. También es curioso la animadversión que tengo por el personaje. No sé si su voz, su prepotencia, ese discurso de salvador del país, su bigotito. No me cae bien, y posiblemente soy injusto pues no le conozco en persona, pero decididamente no lo trago.
El comedor estaba justo al lado del botellero subiendo un par de escaleras. Las comida, como casi siempre que uno se da un homenaje en La Rioja, fue tradicional, abundante y rica rica.
Lo único malo que como uno viaja con niños, le toca levantarse varias veces.
A la tercera vez que tuve que ir con Yago al baño, cierta extraña fuerza telúrica me condujo hasta el botellero de José Mari. Abrí la reja y agarré un par de sus botellas y las metí en el bolso.  Como la comida y sobremesa se alargarón hasta las 7 y ambas fueron bien regadas, mis continuas excursiones al supuesto baño (hasta cuatro) no llamaron mucho la atención.
Cuando nos despediamos, aún nos dieron una botella conmemorativa ya que la bodega también sirve vino al Vaticano.
Yo me iba muy contento no sé si por el vino bebido o por el afanado.

El caso es que no pensaba contar nada de esto, si hoy no hubiera notado que de vuelta a casa del trabajo me seguía el mismo mercedes azul oscuro coche con cristales tintados que estaba aparcado esta mañana en la puerta de mi garaje.

3 comentarios:

bflog dijo...

Oh!! Vaya. El propietario de este blog supervisa los comentarios. Bueno, los censura.
Vaya, vaya,...

Ana Botella dijo...

No te preocupes.
Todo el mundo sabe que las preferencias del presidente (lo sigue siendo, de la FAES) van mas por los riberas que por los riojas. Probablemente esas botellas estaban ahi, tan a la vista y tan disponibles para que descreidos como tu ,sucumban, roben y beban.
Asi que a la salud del presidente.

Pilar Gil dijo...

No me había enterado yo de tus excursiones... pero cómo no me avisaste? Qué goloso y que rata... todo para ti no?
Comparto tu "admiración" por el personaje y si robándole un par de botellas lo podía perjudicar en algo, me hubiera sentido muy satisfecha.
Hacía mucho que no te leía, ya me estoy poniendo al día.
Por cierto.... qué guapos estáis los cuatro en la foto.
Un besico muy gordo