Pendejadas culinarias

Llevo varios días escuchando en la cantina del trabajo (me gusta más el término cantina que comedor) los deseos de varios compañeros de ponerse a régimen, dejar de fumar o apuntarse a un gimnasio. Los principios de año son muy dados para proponernos retos, y lógicamente casi nunca cumplirlos.

Respecto a adelgazar o ponerse a régimen  constato dos hechos irrefutables:

1- Ningún alimento engorda, si acaso engordamos nosotros

2- La única forma probada e infalible de adelgazar es menos plato y más zapato.

En otras palabras gastar más calorías que las que aportamos. Parece mentira que en el mundo occidental con la capacidad que tenemos para endeudarnos, gastando mucha gente más dinero que el gana, no hayamos aprendido a gestionar igualmente nuestras calorías.

Aunque aparentemente sencillo,  en realidad adelgazar es díficil en nuestro universo opulento, en parte por las oportunidades que se nos presentan, y mayoritariamente por los mensajes que nos manda nuestro propio cerebro (de hecho la evolución ha ido moldeando nuestro cerebro para sobrevivir principalmente: "un reservorio de calorías puede ser necesitado en un futuro, comete ese chocolate con churros ¡qué nunca se sabe!", nos grita).

Quizás no soy el mejor ejemplo porque siempre he sido un flaco, pero con los años he ido desarrollando algunas teorías, basadas en mi propia experiencia. 

1- En invierno hay que abrigarse poco o lo justito. Pasar un poco de frio supongo que obliga al metabolismo a quemar grasas y azúcares para mantener la temperatura corporal. Digamos que es como abrir las ventanas de tu casa esta noche y poner la calefación a tope, seguro que tu factura de gas aumenta (y  tu cuenta de ahorros adelgaza!).

2- Frente a la creencia extendida de que las verduras engordan poco, tengo hipótesis contraria. Yo creo que las carnes engordan poco. Y si no mirar a los herbivoros: vacas, caballos percherones, rinocerontes, bisontes, elefantes ¡Están gordicos! Pero, y los carnivoros: panteras, guepardos, leones en los documentales de la 2 suelen estar famélicos. Yo mismo que he sido mal comedor de verduras y frutas gané 4-5 kilos cuando empecé a tomar ensaladas con 25-26 años (¡es cierto ehhh!).

3- Beba cerveza que es muy diurética. Pero lo mejor de todo es que te la bebes a una temperatura  de 4-5ºC recien salida de la nevera, y la expulsas en forma de orina a 37-38ºC. ¡Oye la cantidad de energía que tiene que gastar uno para calentar 350-400mL que pueda tener una meadilla!

Por tanto mi receta de regimen propuesta es: guarde su abrigo en su armario, desayune 2 botellines de cerveza y medio kilo de jamón York (el desayuno es la comida más importante del día, si el cuerpo no recibe gasolina a primera hora, el cerebro ordena iniciar el programa metabólico de ahorro energético) y salga de casa al trabajo en bici o andando. Si  aún así tiene hambre echese un chocolatico al cuerpo que es muy placentero.

En dos semanas seguro que ha perdido kilos, si antes no ha cogido un gripazo (¡eso también suele ayudar a adelgazar!)

Bueno decididamente no me hagan mucho caso, que sólo hay una cosa peor que dar consejos: aceptarlos.