domingo, 8 de febrero de 2009

Evocaciones

Soy un optmista furibundo. Con los años he ido aprendiendo a ver la botella medio llena. Mentalmente es una práctica muy sana, hace que los problemas a los que la vida nos enfrenta se empequeñezcan.

Por eso, ahora que uno está de ERE, se consuela de que tiene más tiempo para disfrutar de la familia, puede buscar a los peques al cole, correr ....

Así que esta tarde, en un oasis de sol que el mes de febrero nos ha concedido, jugando en el parque de debajo de casa, que es casi privado, subiendo y bajando en el tobogan un escalofrio recorrió mi espalda. Alguién había grabado en la chapa del tobogan:

219
219
219
219

Es ver ese número y evocar uno de mis pequeños traumas infantiles. En 2º EGB fui a una colonias de verano. La memoria es relativamente lista y creo que trata de borrar los malos recuerdos, así que casi sólo me acuerdo que lloraba casi todos los días, que un niño se llamaba Israel, y que toda mi ropa lucia este número bordado enrojo. Yo era el 219.
(Lo que no sé, es como años despues repetí campamentos de Guías y Scouts.)

El caso es que el 219 me hice recordar un documental que vi hace unos días en de La2 sobre los españoles que fueron recluidos en el campo de concentración nazi de Mauthausen. ¡Esos si que tenían un número tatuado!. Impresiona ver hasta qué punto la locura nazi se adueñó "del primer mundo", impresionan también oir contar en primera persona las experiencias vividas por los supervivientes de los campos. Por eso, por optimista irredento, creo que difícilmente se dará otro episodio similar en Europa.
Nota: Alguién una vez me dijo que un optimista es un pesimista mal informado. Quizás tenga razón: ¿y si no recuerden Yugoslavia?
(y otros tantos infiernos ...)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gerardo eres un crack en tiempos de temporal leer tu blog siempre asegura un momento de paz y una sonrisa. Un abrazo. Arantxa C.

Anónimo dijo...

es curiosa la memoria,... sí que me acuerdo de tus "colinius horripilus" en la playa, recuerdo cuando fuimos a buscarte a tu vuelta en la parte de detras de la plaza de Rogelios, que a la única persona que conocías era a Aurelio y el recuerdo de lo mal que lo pasaste...pero a pesar de todo te atreviste a repetir con el campamento de guías... repetir no es de cobardes y esta vez yo tuve la oportunidad de estar allí (suerte para mi que no pude ir a la colonia por edad y por ser chica ;-)...