miércoles, 5 de marzo de 2008

Cautivos y desarmados

Nuestra hija Carla se ha transformado en una francotiradora del amor. No sé quién se lo habrá enseñado, pero lo/la nominaría al Nobel de la Paz, o al Principe de Asturias de la Concordia.

Tira a quemarropa, sin motivo aparente. A veces se acerca sigilosamente bien camuflada; otras mientras sentada está a sus cosas, simplemente levanta la cabeza y dispara un: "Mamá/Papá te quiero mucho".

Cuenta con una punteria prodigiosa, y casi siempre hace diana: corazón o alrededores. Y cuando yerra, acierta al de al lado. Su última adquisición una recortada semiautomática le permite ametrallarnos con nuestra frase preferida.

A más a mas, por veces nos fulmina, cuando acompaña sus "tiros" con técnicas de lucha cuerpo a cuerpo: un abrazo a la altura del cuello.

La verdad es que oir esta frase es una experiencia casi orgásmica, una bocanda de aire puro, un oasis en mitad del desierto de lo cotidiano. Es a la vez bonito, pero me lleva a pensar ¿hace cuanto tiempo no disparo yo a mis padres un "Te quiero mucho"? Espero disparar el próximo día, antes de que sea muy tarde.

Bueno, resumiendo los papis estamos cautivos y desarmados, y sobretodo babeando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que preciosidad de entrada hila perfectamente con lo escrito en el reverso del folio que preparamos para el bautizo de María y nos recuerda a los padres nobeles lo que tenemos que agradecer y querer a los que ya llevan tantos años en la batalla de la paternidad y maternidad. Siempre desde que nació Jorge digo lo que quiero a mis padres desde que soy yo la que soy madre, muchisimas veces miro hacia atras recordando la misma escena que vivo ahora pero con papeles distintos, hace unos años era yo la que dejaba la tele encendida y mi madre decia la frase que ahora digo yo: pero quien ha dejado la television encendida y asi hasta el infinito. Desde este blog un canto al amor hacia nuestros padres y lo que dice Ger a ver si somos capaces de disfrutarlos y quererlos ahora que estamos en esta etapa sandwich en la que somos padres e hijos. Besos. Arantxa

Carlos dijo...

Y apunto además, qué bueno que en esa etapa sandwich tengáis las dos rebanadas completas...porque el tiempo pasa inexorablemente y cuando te quieres dar cuenta tu padre o tu madre ya no están ahí para poder devolverles los "tiros". Así que ánimo y sin tardanza agarraros a los cuellos de esos pedazos Padres-Madres-Abuelos-Abuelas

carlos