miércoles, 3 de noviembre de 2010

Donde digo diego ...

La verdad es que normalmente cuando salgo a correr logro mantener la mente en blanco. Creo que más o menos el proceso que  me sucede: en los primeros 15-20 minutos, voy cavilando en esas pequeñas preocupaciones rutinarias y  poco a poco me van abandonando, a la par que cada vez voy escuchando más fuerte la candencia de mis pasos, mi respiración, los latidos de mi corazón.  Entró como en una suerte de trance, y llega un punto en que no pienso en nada. Bueno podrá parecer una estupidez, pero realmente es relajante y diría que incluso regenerador.

Otras veces, las menos, algún pensamiento me va acompañando durante la carrera. No lo he comprobado, pero quizás sea los días en los que corro más lento, ya sea por el viento o porque me pesan las piernas y no logro dejarlos atrás.
Ayer domingo, aparte de quejarme todo el rato del frio cierzo que me envolvía, una revelación se presentó ante mis zancadas: Además de gustarme llevar la contraria, ¡soy en mi mismo un hombre contradictorio!

Varios ejemplos:

  • me considero de "izquierdas", y no secundé la última huelga general.
  • me considero de "ecologista", pero no me desagradan los toros
  • por tanto soy "sandía" (verde por fuera, y rojo por dentro), pero no me gusta la fruta.
  • no me gusta la fruta, pero estoy deseando montar un huerto
  • me gusta competir, pero no me importa mucho no ganar.
  • y más ....

Bueno, como venía a decir Ortega y Gasset: yo soy yo y mis contradicciones (o circustancias, no recuerdo bien)

1 comentario:

Unknown dijo...

Yo soy yo y mi circunstancia